Humberto Caspa, Ph.D. – hcletters@yahoo.com
Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y embajadora ante la ONU durante el gobierno de Donald Trump, empezó oficialmente su contienda hacia la Casa Blanca. ¿Tiene o no posibilidades de ser la primera presidente mujer de los Estados Unidos?
Yo creo que potencialmente vencería a Joe Biden en una disputa electoral cerrada, pero tendría serios problemas de alzarse una victoria contra la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer o el gobernador de California Gavin Newsom en dado caso de que Biden decida no participar en las elecciones presidenciales de 2024.
Asimismo, una batalla contra la vicepresidenta Kamala Harris sería muy difícil de predecir. Harris sería muy fuerte con los grupos minoritarios, especialmente con el voto “pro choice”, aunque Haley arrasaría el voto de los grupos religiosos, de las bases antiinmigrantes y tendría el apoyo de los magnates empresariales.
Así, Haley es el prototipo de mujer conservadora republicana, pero no de nuestro periodo, sino de los años de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. No es tan agalluda ni tan pragmática como la ex Primer Ministro de Inglaterra, pero Haley tiene carisma y es una mujer inteligente.
Adicionalmente, su experiencia administrativa en el plano nacional es destacable, como también su experiencia como embajadora de la ONU.
Sin embargo, el problema de Haley no es tanto las elecciones generales, sino las elecciones primarias del Partido Republicano, las cuales debe sortear estado por estado si quiere ser nombrada como candidata presidencial.
Desafortunadamente para Haley y sus pequeñas bases, el Partido Republicano de hoy está dominada por un ala de iconoclastas de extrema derecha que no busca una candidata convencional y tradicionalista como ella.
Los republicanos de hoy prefieren que su candidato nacional se lance en una batalla campal contra las etnicidades, los grupos minoritarios y todo cuanto tenga alguna característica de posmoderno. Prefieren un candidato aislacionista que globalizador.
En otras palabras, el periodo en el que estamos, especialmente en una contienda primaria de los republicanos, la candidatura de Haley apenar podría vencer en su estado natal y luego rendirse a los pies de Donald Trump o Ron DeSantis, quienes encarnan todas las características de una anormalidad republicana que se propagó desde Miami hasta los más distantes rincones del país.
Mientras el ala ultraconservadora siga dominando al Partido Republicano, candidatas/tos como Haley, a pesar de su fortaleza política y su inteligencia, no tendrán alguna posibilidad de alzarse una victoria en las primarias.
Entonces, de nada le sirve a Haley u otras/os candidatos como ella tener carisma, poseer experiencia internacional u ostentar una hoja de vida esplendorosa, si el grueso de su partido político la rechaza.
Humberto Caspa, Ph.D. es investigador de Economics On The Move.
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