La verdadera fortaleza de los migrantes europeos

La verdadera fortaleza de los migrantes europeos

Humberto Caspa, Ph.D. – hcletters@yahoo.com

Que tan cierto son las palabras del presidente argentino Alberto Fernández: “Los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero los argentinos llegaron de los barcos”.  No hay duda que el racismo de Fernández se le salió por la boca “sin querer queriendo”.

Lo anterior prueba también que la “izquierda” latinoamericana es hipócrita en torno a cuestiones étnicas y culturales.  Mientras Fernández y gente de su clase a menudo ocultan su insidioso racismo, los de la “derecha” no solamente son más descarados, sino que teorizan y justifican la superioridad de los “blancos” sobre las otras “razas”.

Fernández trató de justificar la supuesta superioridad de los súbditos de su pueblo frente al resto de América Latina y quiso también igualarse a la supuesta pulcritud de su similar de España.

¿Quiénes realmente fueron los migrantes que llegaron de Europa al continente Americano en general?

Antes, pongamos en contexto la situación europea del siglo XV y los siglos que le precedieron.  Europa estaba en un periodo de transición.  Las ciudades capitalistas emergían dentro del sistema feudal.   Milán, Florencia y Venecia, se habían convertido en un triángulo comercial que dio vida al capitalismo incipiente de Europa.  Así, no es ninguna casualidad que estas ciudades italianas se convirtieran en cunas del Renacimiento.

El territorio italiano era el más próspero de Europa económicamente, pero también era el más incierto políticamente.  Estaba dividido en principados, cuyos líderes estaban más interesados en mantener su poder que en crear un reinado absolutista, cómo había sucedido en España, Inglaterra y Francia.

Las ciudades europeas estaban en un proceso de urbanización y crecimiento.  Como sucede hoy, estas nuevas ciudades necesitaban de la mano de obra barata para generar capital y desarrollo económico.

En este sentido, algunos siervos de la gleba  (básicamente esclavos de la Nobleza), buscaron oportunidades en estas ciudades, pero el nuevo sistema económico no los absorbió por completo y muchos quedaron marginados de ese proceso de desarrollo.

En consecuencia, una gran parte de estos siervos que, en general, eran sirvientes y sin educación, pero de gran entereza en el trabajo, optó los ingenios azucareros, las plantaciones de algodón y tabaco del nuevo Continente.  La mayoría inició como Indenture Servants (una especie de esclavismo, pero con contrato escrito) en territorio americano.

Así, Fernández tiene alguna razón de que muchos migrantes europeos cruzando el océano a través de los barcos para llegar a la Argentina y otros lugares de América.  Empero, la calidad de esta gente no fue su ascendencia étnica, sino su entereza en el trabajo.

Humberto Caspa, Ph.D. es investigador de Economics On The Move.

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