Hartos de las relaciones toxicas

Hartos de las relaciones toxicas

Por Ernesto Salayandía García

Una mala relación de pareja

Nos encontramos en plena decadencia del matrimonio, es un concepto en el que pudiéramos considerar como el cimiento de la familia, y desafortunadamente, el matrimonio tiende a desintegrarse, qué podemos esperar de la familia. Yo me casé a los 19 años la primera vez, sé lo que es un divorcio y todos los daños que genera, sé de mis errores, de mis aciertos y ahora, tengo 27 años de casado, por segunda vez, yo decía, es el mismo infierno, nomás cambie de diablo, no veía el cumulo de defectos que me distinguía,  cierto,  recuerdo, con muchos intentos de divorcio, con algunas separaciones cortas, otras prolongadas, pero, al menos, solo por hoy, disfruto de una buena relación de pareja y tengo que ver mis actitudes que dañaron mi matrimonio, mi vida de pareja, hablando de mí, de mi vida, no ha sido nada fácil, hoy poseo un gran capital, una experiencia que puedo usar para no repetir errores, aunque hay que recordar, lo que dice el dicho y dice bien.- El Hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces.- y dice también otro.- En la casa del jabonero, el que no cae resbala.- Quiero decir, que no es nada fácil llevar la fiesta en paz.-Nunca digas de esta agua, no he de beber.- Mas pronto cae un hablador que un cojo.-

 

No te ama, quien te insulta, denigra, agrede….

No hay peor lucha que la que no se hace.- Cuando ofrezco mi experiencia a través de mis talleres, encuentro una gran apatía en la mayoría de los hombres, igual, cuando escribo, o hablo en televisión o en la radio,  doy una plática sobre codependencia, relaciones destructivas, relaciones enfermizas, simplemente, el por qué muere el amor, son las mujeres las más interesadas, pero resulta que quieren el máximo resultado ante el más mínimo esfuerzo y no es por que tengas la varita mágica y la solución inmediata, muchas de ellas, creen que esto es instantáneo y lo único instantáneo es el Nescafé, la sopa Maruchan y todo lo que se mete al micro, bueno casi todo; tienen la idea fija, que el marido es quien debe cambiar,  cada taller de Matrimonios en Armonía, o de Liberación emocional, me doy cuenta cómo anda el agua y como dicen por ahí, hago una dinámica para medirle el agua a los camotes, primero, las motivo a que me escriban lo que más gordo les cae de su pareja, lo que aborrecen, lo que odian, lo que les rechoca, y ya te habrás de imaginar, hay quienes necesitan como 1570 hojas, escritas por los dos lados, claro, muchas lloran y lloran y hacen catarsis, luego, de un tiempo razonable, tres horas después… No, no es cierto, más o menos en media hora, hago el complemento, escribe por favor, les digo, las cualidades, lo que admiras de tu marido, lo que te  gusta de su manera de ser, de pensar, de actuar, requiero honestidad, honestidad al máximo y ahí puedes darte cuenta, si la pareja puede tener solución o no, todo depende de que escribas con la verdad, con el corazón en la mano.-Todo es según del color del cristal con que se mira.- Como en la guerra, yo contaba lo que me hacía y me decía, pero nunca lo que yo le hacía y le decía.-.

 

Lo más importante, la comunicación

Cometí muchos errores en mi relación de pareja debo de acordarme cómo era mi lenguaje corporal,  un tipo arrogante,  indiferente,  déspota, serio, seco,  por no decir rígido tenso, mamon, mamon y medio,   la mayor parte del tiempo,  con el ceño fruncido,  los hombros entumidos,  el cuello y la cara apretados, mal y de malas, el lenguaje típico del macho mexicano autoritario tajante, mandón, determinante pero sobre todo,  muy soberbio ante mi agresividad corporal,  jamás pude encontrar empatía con mi pareja,  jamás pude ensamblar una buena comunicación,  ni verbal ni corporal, mucho menos facial,  eran mis gestos y mis hombros duros los que se comunicaban y ahora comprendo los errores que en materia de comunicación he cometido,  veo,  cómo está ausencia de comunicación se palpa en una gran mayoría de los jóvenes,  que no tienen el tacto ni la sensibilidad de expresarse asertivamente,  no saben lo que es el lenguaje corporal positivo,  porque de hecho conocen como yo,  perfectamente bien lo que son los gestos, las caras y la rigidez corporal. Nadie les enseño a tener una expresión corporal amable, genuina. De tal palo, tal astilla.-

 

La una y mil máscaras de la violencia doméstica.

El hombre hace muy bien su papel de macho y la mujer se gana el Oscar por su actuación y ejecución del hembirismo,  contrario a lo que es el machismo en el hombre,  quien tras las dos furias de energía no hay a quién irle,  pero se gesta la violencia doméstica,  que no meramente son golpes,  aunque si son de preocuparse, hay violencia al controlar el gasto,  las compras,  hay violencia al estar corrigiendo a la persona,  marcándola,  señalando sus errores,  ridiculizándola,  humillándola,  comparándola.

 

El Meollo del asunto es la comunicación.                                                                                               

No hablo,  ni convivo,  tengo un pésimo manejo de frases y palabras que no me ayudan en nada en mi comunicación,  como el trillado tú cállate – Tú no sabes –  Tú no te metas – Qué te importa – Ya me tienes hasta la madre-  Lárgate-  No te soporto  y así hago de un piojo un caballero,  de un mitin,  hago un mitote y soy el huracán rugiente,  el prototipo del conflicto y por supuesto de la pésima comunicación,  cuyo esfuerzo por mejorarla de mi parte,  brilla por su ausencia , es ahí,  dónde con mi propia experiencia, donde  yo veo,  como infinidad de parejas arruinan,  se enferman y se intoxican en su relación de pareja,  ignoran todo lo que es la codependencia,  escuchan voces ignorantes,  que los asesoran,  las aconsejan mal,  porque para salvar la vida de una pareja,  es importante recurrir a la ayuda profesional,   escuchar a quienes tienen experiencia de haber vivido ese infierno cuyas tormentas de fuego parecen interminables. ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20

Leave a comment

Send a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

1 × 1 =