El diálogo como salida al conflicto israelí-palestino  

El diálogo como salida al conflicto israelí-palestino   

El conflicto israelí-palestino es uno de los más complejos y antiguos del mundo; tiene su origen en 1901 cuando el movimiento sionista –que busca la creación de un Estado judío en Palestina– toma fuerza fomentando la migración hacia el Medio Oriente. En 1947 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la creación de Israel como un Estado independiente, lo que provocó diferentes conflictos con los países árabes y la población Palestina.  Israel utilizó a la guerra como un mecanismo para expandir su territorio y aumentar su poder.  El actual gobierno de Benjamin Netanyahu ha utilizado mecanismos políticos para promover una política expansionista que promovería el reconocimiento del territorio israelí desde el río Jordán hasta el Mediterráneo, ignorando a más de cinco millones de palestinos y haciendo a un lado el ideal de su población de establecer un Estado soberano e independiente.

Para lograr el propósito de expandir su territorio nacional, Netanyahu generó una política de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental, es decir, colonias judías construidas en territorio palestino, provocando el desplazamiento de miles de poblaciones islámicas y, al mismo tiempo, ampliando la tensión política entre israelitas y palestinos.

En 2020, el gobierno de Israel aprobó el plan de anexión de Cisjordania con el que se buscaba consolidar la ocupación israelí de este territorio, incluyendo al Valle del Jordán, este fue rechazado por la población palestina y por la comunidad internacional porque es ilegal y nunca se implementó.

El 19 de julio de 2021, fue aprobada por la Knéset, el parlamento israelí, la Ley de la Unidad Territorial establece la unidad e integridad territorial del país; es decir, es indivisible porque todo el territorio pertenece a Israel, incluyendo los disputados como Cisjordania y Jerusalén, esta ley es duramente criticada por la comunidad internacional porque supone una violación al derecho de autodeterminación de Palestina.

Estas acciones, como la expansión de los muros de separación, son claros intentos de prevenir e impedir la creación de un estado palestino independiente, puesto que se fragmenta el territorio palestino.  Por el contrario, los predecesores de Netanyahu sí demostraron disposición a negociar una solución con el reconocimiento de los dos estados.

Por ejemplo, Shimon Peres, durante su primer mandato de 1984 a 1986, firmó el Acuerdo de Oslo, que estableció el marco para la negociación de una solución de dos estados, marcando un hito importante para el proceso de paz, reconociendo la legitimidad de las dos partes y un proceso para negociar un acuerdo final además Shimon en 2005 apoyó la retirada de Israel de Gaza.

En cabeza de Yitzhak Rabin, el Acuerdo de Wye River firmado en 1998 para reanudar el Acuerdo de Oslo II de 1995 con la Autoridad Palestina a través de negociaciones dirigidas por el presidente norteamericano Bill Clinton, con el objetivo del retirar a Israel de Cisjordania en el área C, equivalente a aproximadamente 100 km² de territorio además de la liberación de presos palestinos y las medidas implementadas por la Autoridad Palestina para prevenir el terrorismo, la delincuencia y otras hostilidades.

Aunque los resultados de estas negociaciones no fueron las esperadas porque no llegaron a consolidarse en un acuerdo final, demuestran el compromiso, además de la disposición de los predecesores y los palestinos, con el proceso de paz.

En conclusión, las acciones promovidas por el gobierno de Benjamín Netanyahu dificultan la búsqueda de una solución justa y duradera al conflicto porque niega la legitimidad del estado palestino, fragmenta el territorio con la construcción de asentamientos y la ocupación militar. Para alcanzar con éxito un proceso de paz es necesario cesar con los asentamientos, el reconocimiento de Palestina como estado por medio de una ley, el cambio en la política expansionista y especialmente volver al camino del diálogo.

Angie Natalia Hernández Fagua es estudiante de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, Tunja, Colombia. Email: anhernandez@jdc.edu.co

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