Humberto Caspa, Ph.D. – hcletters@yahoo.com
Indudablemente, el Sistema Internacional no tiene un liderazgo único, no tiene un gobierno mundial, no existe un estado policial que haga cumplir las normas que emanan del interior de su sistema.
La estructura del Sistema Internacional está dominada por una anarquía que condiciona el comportamiento de los actores (Estados). La convivencia de los estados se ha tornado cada vez más incierta, menos estable y llena de conflictos. Lo que sucede en el Ucrania y recientemente en el Medio Oriente es el resultado de su naturaleza caótica.
En febrero de este año, el presidente Joe Biden estuvo en Kiev, Ucrania, tratando de dar un orden al desorden que impregnó Rusia al Sistema Internacional.
El objetivo de Putin fue alterar las reglas de juego para reducir la hegemonía de Estados Unidos y tratar de que su país se convierta en otra potencia mundial.
No eso lo que precisamente ocurrió. A pesar de que Rusia extendió unos kilómetros su territorio nacional, su osada invasión fue un fracaso en el orden internacional. Perdió su etiqueta de país fuerte, la cual la había estado recuperando desde la disolución de la ex Unión Soviética en 1991.
Rusia quiso convertirse en otra potencia mundial, pero lo que alcanzó es hacer visualizar sus debilidades, su carestía económica y su falta de liderazgo. Hoy, con la visita de Putin a Xi Jinping in China, dejó claro que Rusia está para ser sólo un vasallo de China.
Por otra parte, el presidente Biden se encuentra en Tel Aviv, Israel, para solidarizarse con la terrible tragedia que consumió al pueblo israelí después de la matanza de cientos de inocentes a manos del grupo terrorista Hamas.
Al igual que el régimen Putin en Rusia, el grupo Hamas busca el caos y el desorden para alcanzar sus metas mezquinas.
A diferencia de Rusia, los terroristas de Hamas no están necesariamente interesados en convertirse en actores dominantes del Sistema Internacional. Sus metas son más específicas y de orden local.
Sin embargo, el que tiene aspiraciones mundiales es Irán, protectores del grupo Hamas. Desde que Estados Unidos concentró su política mundial en Asia, prácticamente dejo al Medio Oriente a merced de los más anárquicos.
Irán fue el que más se benefició con el “vaccum” que generó el abandono de las tropas militares estadounidenses del Medio y Lejano Oriente. Irán ha buscado germinar esta región con desorden para que, dentro de este contexto, convertirse en líder regional.
Pero el retorno de Biden a Israel dice mucho sobre la nueva política estadounidense en esta región, el cual es poner orden al desorden.
Humberto Caspa, Ph.D. es investigador de Economics On The Move.
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