AMLO y el Poder que no pudo controlar y ahora lo tiene despotricando un día sí otro también

AMLO y el Poder que no pudo controlar y ahora lo tiene despotricando un día sí otro también

Enrique Pérez Quintana

En el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la presencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ha sido constante. Hace tres años el tema fue la propuesta de cambiar las normas internas de ese poder para que el ministro Arturo Zaldívar permaneciera en la presidencia hasta finales de 2024. Eso no prosperó.

La presidencia del ministro Arturo Saldívar llegó a su término el pasado 31 de diciembre. El año nuevo empezó en la SCJN con la designación por mayoría de votos, de la ministra Norma Piña, primera mujer en ocupar esa función, lo que fue destacado por diversos medios y personalidades del medio político como un avance en la igualdad de género en México.

En dos meses y medio que la ministra Piña tiene al frente de la SCJN, en los eventos cívicos conmemorativos, los detalles, vistos como descortesías del presidente López Obrador, al no darle el lugar que le corresponde, han sido interpretados como falta de respeto para la igualdad que la Constitución otorga a los tres poderes federales.

Al presidente López Obrador no le gusta perder y le parece inaudito que, desde el Poder Judicial, sus proyectos de obra pública, sus propuestas de reformas constitucionales y sus determinaciones administrativas, sean frenadas por jueces que dictaminan a favor de quienes demandan violaciones a la ley.

En días recientes López Obrador manifestó su crítica al Poder Judicial. Responsabilizó a la ministra Norma Piña de las sentencias que considera adversas para la consecución de sus objetivos de gobierno. “Ahora que llegó la nueva ministra declara un formalismo de extremo, como si fuesen omnímodos los jueces, son autónomos, que pueden hacer lo que quieran. Apenas llegó la nueva presidenta y se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”.

Para López Obrador el Poder Judicial no funciona bien y por eso considera que hace falta una reforma que permita vigilar la actuación de los jueces, para evitar que protejan a delincuentes con amparos y concediéndoles la libertad.

A pesar de que López Obrador se comprometió cuando llegó al poder, a establecer una relación respetuosa con los Poderes Legislativo y Judicial, en la práctica solo ha sido así con el Legislativo. En el caso del Judicial, han sido permanentes, desde su mañanera, las críticas y ataques en contra de ministros, magistrados y jueces, que no considera afines a su visión.

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